Muy buenos días:
El invierno que va de retirada no quiere pasar inadvertido y hoy tenemos nieve abundante que ayuda a la reflexión sobre los grandes temas éticos.
La esclavitud ha estado aceptada durante siglos, también en Europa, y la discriminación racial en pleno siglo XX, en Estados Unidos. En plena carrera espacial había autobuses para blancos o WASPs separados de otros para negros o afroamericanos. Sí esto pasaba todavía mientras cantaban los Beatles, Rolling Stones o Bob Dylan , y los discriminadores bailaban al son de la música, aunque no compartieran la letra. Sólo a finales de los años 60 desapareció esa discriminación.
Ahora continúa la discriminación en diversos ámbitos: niños no-nacidos se eliminan por variados “supuestos”. Niños y niñas no nacidos (fetos humanos), afectados por el síndrome de down son condenados a los cubos de nuestros hospitales. Es decir no gozan del derecho humano elemental: “derecho a vivir”.
Médicos y personal sanitario que no pactan con la eutanasia o el aborto, son discriminados y se les quiere impedir la objeción de conciencia.
Hay mucha demagogia y poco debate, sobre todo en los parlamentos (paradoja a analizar). A los ciudadanos les cansa el actual discurso político.
Podemos titular el seminario:
“Razonar, debatir, respetar, proteger”
Una película puede ayudarnos a reflexionar sobre la importancia del debate y diversos factores humanos fundamentados en la ética del respeto incondicional a la persona. Cuenta la historia del parlamentario cristiano Inglés: William Wilberforce (1759-1833) para abolir la esclavitud en el Imperio Británico.
Su título:
Amazing grace (Sublime gracia)
Dirección: Michael Apted.
Interpretación: Ioan Gruffudd (William Wilberforce), Romola Garai (Barbara Spooner), Youssou N'Dour (Olaudah Equiano),
Guión: Steven Knight.
Música: David Arnold.
El título se inspira en este himno:
AMAZING GRACE
Amazing grace, how sweet the sound
That saved a wretch like me.
I once was lost, but now I'm found.
Was blind, but now I see.
Twas grace that taught my heart to fear
And grace my fears relieved.
How precious did that grace appear
The hour I first believed.
When we've been there ten thousand years
Bright shining as the sun,
We've no less days to sing God's praise
Then when we first begun.
Amazing grace, how sweet the sound
That saved a wretch like me.
I once was lost, but now I'm found.
Was blind, but now I see.
Sublime gracia del Señor
que a un infelíz salvó.
Yo ciego fui, mas veo hoy.
Perdido y Él me halló.
Su gracia me enseñó a temer,
mis dudas ahuyentó.
¡Oh, cuán precioso fue a mi ser,
cuando Él me perdono!
En los peligros o aflicción
que yo he tenido aquí,
Su gracia siempre me libró,
y me guiará feliz.
Y cuando en Sión por siglos mil
brillando esté cual sol,
yo cantaré por siempre allí
Su amor que me salvó.
Profundizar en la justicia, y en la dignidad de la persona, parece que sigue siendo tarea urgente. Un mensaje sobre la Justicia que acaba de enviarnos Benedicto XVI como preparación a la Cuaresma ayuda a este propósito:
http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/messages/lent/documents/hf_ben-xvi_mes_20091030_lent-2010_sp.html
Sigo rezando por ti, y nos veremos D.m. el lunes 15 de febrero a las 19:30 en Aldapeta 49, Palacio de Aldama-ISSA, Aula 3-4bis y… cuando quieras,
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